La resiliencia se refiere a la capacidad de una ciudad (más específicamente, de las personas, comunidades, empresas y sistemas que le conforman) para adaptarse, sobrevivir y crecer, sin importar qué tipo de tensiones crónicas e impactos agudos enfrente. Sobre esto, las tensiones crónicas se refieren a los factores de presión que afectan a la ciudad día con día de manera constante y paulatina a través del tiempo (en la CDMX, la inequidad social y la pobreza son ejemplos pertinentes), mientras que los impactos agudos se refieren típicamente a terremotos, inundaciones, incendios y otros desastres que afectan a la ciudad de manera repentina. En suma, la creación de resiliencia urbana es sobre la mejora de la ciudad mediante la transformación adaptativa de la misma, siempre con vistas a la equidad y la inclusión.

La Agencia de Resiliencia de la CDMX (ARCDMX) es un organismo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente que tiene por objeto coordinar la colaboración entre las dependencias, órganos desconcentrados, órganos político administrativos y entidades de la administración pública de la CDMX que tengan a su cargo el diseño y ejecución de políticas, programas y acciones que contribuyan a la construcción de resiliencia.

Desarrollar una visión de guía de largo plazo, basada en el desarrollo incluyente y sostenible, el bienestar social y el interés común, y apoyar la coordinación e innovación en acciones para la construcción de resiliencia.

Crear una sociedad más equitativa a través de un proceso incluyente, que integre a una pluralidad de sectores (academia, sociedad civil, iniciativa privada, gobierno), con el fin de impulsar una transformación adaptativa frente a los principales retos sociales, económicos y ambientales, presentes y futuros.

En efecto, lo entendido por resiliencia varía de disciplina en disciplina. Si bien en ingeniería se llama resiliencia a la capacidad de memoria de un material para recuperarse de una deformación —es decir, sin que ello resulte en una distorsión o cambio permanente— en otras disciplinas éste dista de ser el caso. En Ecología e incluso Psicología, por ejemplo, la resiliencia no trata sobre la resistencia al cambio, sino la adaptación al mismo. De igual manera, la resiliencia que buscamos crear en la Ciudad de México no reniega del cambio permanente: lo abraza y busca sobrevivir y crecer mano de la mano de éste.

La creación de resiliencia trasciende temas ambientales, aunque incorpora en su enfoque integral algunas de estas nociones. Mientras que la sustentabilidad busca (en el largo plazo) que el mundo se encuentre en equilibrio frente al agotamiento de recursos naturales, la resiliencia busca que la ciudad pueda adaptarse, sobrevivir y crecer, incluso en el caso de que el mundo permanezca en desequilibrio.

La Oficina de las Naciones Unidas para Reducción de Riesgo de Desastres ha definido a la estrategia de DRR como aquella que “busca reducir el daño causado por riesgos naturales como terremotos, inundaciones, sequías y ciclones, mediante una ética de prevención”. Desde luego, aunque la resiliencia incorpora en su enfoque integral nociones relativas a la estrategia de DRR, va más allá de ésta al también contemplar las tensiones crónicas (y no únicamente repentinas, como es el caso de los impactos agudos) que afectan a la ciudad día con día.

Desde luego, una estrategia integral de resiliencia para una ciudad como la nuestra no puede llevarse a cabo de la noche a la mañana. Es por ello que la Agencia contempla diferentes temporalidades para las acciones comprendidas en su Estrategia de Resiliencia de la CDMX. Si bien hay acciones de corto plazo que pueden concluirse en lo que resta de la presente administración, también se consideran aquellas acciones de mediano plazo (2018-2025) que necesitan se les dé continuidad independientemente de futuros cambios políticoadministrativos y, sin duda, aquellas acciones de largo plazo (2025-2040) que requieren de procesos más largos de planeación e implementación. Todo ello, para que la resiliencia creada sea verdaderamente robusta, sostenible y beneficiosa para toda la región.

La CDMX pasó a formar parte de 100RC en 2013, una iniciativa creada, financiada y gestionada por la Rockefeller Foundation. Como parte de esa colaboración, la ciudad fue apoyada mediante financiamiento, asistencia técnica, acceso a servicios de organizaciones a nivel global, oportunidades para intercambiar experiencias y asesoramiento en torno a las mejores prácticas internacionales. Un ejemplo de ese apoyo fue el recurso extraordinario que otorgado por 100RC tras el sismo del 19 de septiembre de 2017.

Para mayor información sobre la Estrategia de Resiliencia de la CDMX, puede consultar el documento completo en formato PDF.

Para mayor información sobre 100RC, puede consultar el sitio web 100resilientcities.org

Para mayor información sobre la colaboración entre 100RC y la CDMX, puede consultar el sitio web https://www.100resilientcities.org/cities/mexico-city/

 O bien, puede contactar a nuestro personal para dudas adicionales al correo cdmx.resiliente@gmail.com